Un gallego proyecta más de 30.000 empleos en República Dominicana

Quinientos años después del descubrimiento, el empresario de origen gallego Mario Pérez se propone repetir la historia y recolocar a República Dominicana, entonces La Hispaniola, como puente, esta vez comercial, entre el mercado americano y Europa. Presidente de Australia Investment Group y embajador honorífico del Gobierno dominicano de Leonel Fernández, Pérez inicia la fase definitiva de un proyecto de uso industrial para cerca de 20 millones de metros cuadrados en la bahía de Ocoa, a unos cien kilómetros al suroeste de la capital, Santo Domingo.

El proyecto, imaginado hace ya seis años, prevé a partir de 2008 una eclosión total, con la construcción de un nuevo puerto comercial con 22 metros de calado y la creación de más de 30.000 puestos de trabajo en una superficie hoy poblada de matorral. La zona franca abarca cerca de 20 millones de metros cuadrados y supondrá una inyección sin precedentes para la provincia de Azua, tradicionalmente relegada en la historia del crecimiento económico de República Dominicana.

Win to win, con esta terminología de márquetin comercial que define aquellas operaciones en las que todas las partes ganan, se refiere Carlos Ginbernard, asesor de Mario Pérez en el proyecto, a la actuación en Azua. Con el tratado de libre comercio en vigor desde julio con Estados Unidos, la alianza estratégica del mercado común centroamericano, el tratado comercial de los países del Caribe y, próximamente, los acuerdos de libre comercio con Europa y Taiwán, Azua representa una posición estratégica para "reconquistar" el mercado americano.

En todo este puzle, Mario Pérez ha reservado además un papel principal para el empresariado gallego. Galicia actuará como puerta de entrada al comercio América-Europa en el triángulo de operaciones que conforman República Dominicana, Estados Unidos y la Unión Europea.

Todos ganan, insiste Mario Pérez hijo, vicepresidente y director ejecutivo de Australia Investment Group, destacado en Santo Domingo. Por lo pronto, el proyecto ha colocado en un lugar prioritario la capacitación de la población local, que, directa o indirectamente, tendrá un empleo ligado al desarrollo de la zona industrial. A través de la universidad de la Mapet Foundation (entidad no lucrativa también impulsada por Mario Pérez) y en colaboración con universidades laborales e institutos politécnicos de dentro y fuera del país (en uno de los convenios participa la Universidade de Santiago), se desarrollan planes de formación. Estas actuaciones se insertan en una sociedad que aún no ha superado el analfabetismo y con un grave problema de absentismo escolar que el Gobierno del Partido de la Liberación Dominicana atacará en breve con incentivos económicos a las familias como los aplicados por Lula en Brasil.

De inmediato comenzará el desbroce del terreno y a 7 km del futuro puerto se instalarán una envasadora, una siderúrgica y una empresa de fabricación de muebles. Lo harán en un parque inicial de 180.000 metros cuadrados que funcionará como base de operaciones y que acogerá también un centro médico para prestar asistencia gratuita a la población de Azua.

La sostenibilidad energética es otro de los puntos contemplados: las naves de la zona franca serán autosuficientes a través de instalaciones de aprovechamiento solar y eólico.

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