PUERTO PLATA.-El nombramiento el 31 de mayo del 2005, por parte del Máximo pontífice de la Iglesia Católica, el Papa Benedicto XVI, del Padre Julio Cesar Corniel Amaro en la Diócesis de la Provincia de Puerto Plata ha sido muy significativo para sus habitantes y constituye una de las decisiones más ejemplares que haya hecho la iglesia en los últimos años en esta tan abandonada y desolada ciudad, que al parecer no tiene a quien le duela.
Esta designación del Obispo Cornier Amaro que el 31 de mayo del año en curso ya cumplirá 8 años en el cargo, es de gran honra para los puertoplateños debido al gran trabajo realizado por este en estos años y no debemos dejar de reconocer su labor de forma muy especial y altruista, ya que es una persona muy condescendiente con los problemas de este pueblo y en especial con los problemas de las familias pobres.
Este Obispo es una persona que nunca tiene mala cara para los que acuden a el a expresar sus necesidades y preocupación ante tan difícil situación que le asiste en el día a día, debido a la gran crisis por la que atraviesa el mundo y en especial Puerto Plata, de manera que recibe con gran cortesía y entusiasmo a quienes le visitan, al tiempo que su disposición invita a iniciar un gran dialogo ameno y fuera de toda presión con que cuenta una relación de este tipo.
Cornier Amaro siempre imprime ese sello de amor y comprensión por los problemas presente, su gesto afable y su porte sereno da un sentimiento de mucha paz en su vida y en su accionar, lo que hace que cualquier persona de la clase social se le acerque sin ninguna dificultad a ser rechazado.
Como asesor de la Comisión Nacional de la Pastoral Juvenil y su destacada labor y coordinador en la Diócesis de San Francisco de Macorís, en la cual realizo una gran labor a favor de los jóvenes y a su preocupación por los problemas de los jóvenes en sentido general de la República Dominica, acto que lo elevo e hizo que ganara el reconocimiento para ser nombrado en esta importantísima ciudad de la costa norte, es lo que lo hace merecedor de su gran calidad.
Cabe destacar además que este obispo a quien a quien he tratado muy poco, pero que es una de las personas, que más he visto diariamente en frente de los problemas que nos suscitan como ciudad y que se preocupa por el dialogo concertación y por la superación de mucho de sus problemas si importar de quien o quienes se trata.
Quiero resaltar también que el obispo a quien más he visto y que más gallardía ha tenido para enfrentar los problemas sin importar la índole, etnia color, ni origen político, y que se ha destacado por encima de cualquier político de esta tacita de plata, es Cornier Amaro, no sé de dónde vino ni que persigue pero este gran obispo en un mediador de gran calidad y entereza, además no sé qué será Puerto Plata sin él, el día que le toque marchar a otro rumbo, ya que siempre le veo donde quiera que lo invitan para solucionar un conflicto: de los barrios, de la escasez del agua que viene de deteriorado e infuncional acueducto, de la gobernación, de la policía, de la amet, del deteriorado y malogrado sistema energético, que tiene harto a todo el mundo, de la caída estrepitosa del turismo y su recuperación, del asfaltado de los barrios, en fin innumerables problemas, pero además está en los diferentes reconocimientos que se le hacen a los munícipes más sobresalientes y destacados cuando sus autoridades no asisten para hacer las veces de ente de equilibrio y valoración de esta olvidada ciudad en materia de infraestructura, grandes vías y carreteras, como la de Puerto Plata a Navarrete, entre otras.
Debo mencionar que El Apóstol Pablo con su reconocida autoridad describe las cualidades que deben adornar al obispo en su condición de administrador de Dios, y estas son las de intachable, sencillo, paciente, desinteresado, hospitalario, amigo de lo bueno, prudente, justo, fiel y dueño de sí mismo, así lo defino yo y este pueblo debe definir a nuestro obispo.
Nuestro obispo como es de lugar, deberá cumplir con otras obligaciones y ya me imagino que también con un periodo de tiempo y como es de saber el anterior obispo Nicanor Peña, también duro 8 años, sé que cualquier día Cornier Amaro tendrás partir a cumplir otros compromiso y marchar a otros lugar de esta isla o de esta tierra, dejándonos a la Merced de un irracionalismo por parte de autoridades y empresarios que no le duele ni se molestan por hacer que este pueblo avance, que será de nosotros.
Nadie nunca se había preocupado tanto Señor Obispo por esta ciudad y por su gente. Adelante Monseñor para mi usted ha realizado su tarea y ha cumplido, vaya con Dios el día que le toque irse.
Autor:
Héctor Lisandro Cruz
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