SANTO DOMINGO .- Los Tigres de Aragua anuncian que el lanzador dominicano Ambiorix Burgos está inscrito en su nómina y programado a lanzar con la novena. Hasta ahí las cosas van bien. Pero si uno se pregunta cómo un jugador suspendido de por vida en la Liga Dominicana puede jugar en un país de la Confederación de Béisbol del Caribe, no encontrará la respuesta.
Burgos fue suspendido en el 2009 por el presidente de la Liga Dominicana, Leonardo Matos Berrido luego de haber sido acusado de la muerte de dos mujeres que fueron arrolladas por un vehículo propiedad de Burgos, en el cual él presuntamente se encontraba al momento del incidente.
Posteriormente, el ex relevista de los Mets de Nueva York fue deportado de los Estados Unidos tras cumplir una sentencia de siete meses por golpear a su novia de entonces en un hotel.
Hace un año y medio, mientras tanto, fue acusado de haber secuestrado e intentado envenenar a su ex esposa. Sorprendentemente, nunca fue condenado por ninguna de esas violaciones a la ley.
La respuesta del béisbol dominicano fue suspender por tiempo indefinido al lanzador de los Toros del Este para fijar una posición moral sobre el caso.
"La suspensión no ha sido revocada y no creo que sea revocada por estos tiempos. No sé si los estatutos establecen que si está suspendido en una liga está suspendido en todas las ligas, creo que sí", dijo el presidente de la Liga Dominicana, Leonardo Matos Berrido.
El presidente de la Confederación de Béisbol, Juan Francisco Puello se lavó las manos ante el caso y refirió la responsabilidad a las ligas involucradas en el caso.
"Si la Liga Dominicana no lo objeta, entonces él podría jugar ya que estamos ante un caso territorial, privado que deciden las partes", sostuvo Puello.
Sin embargo, el artículo 4 del Acuerdo Invernal cita: "El jugador que sea suspendido por una Liga Invernal o por un club de Liga Invernal será colocado inmediatamente en una lista de jugadores suspendidos& y tal jugador no podrá jugar en ninguna Liga Invernal hasta que concluya el plazo de la suspensión".
La Liga Venezolana, en nombre de su presidente José Grasso, dijo haber recibido el visto bueno o no objeción de la Liga Dominicana para que Burgos refuerce a los Tigres de Aragua.
"Ese es un error de mi amigo José Grasso porque a mis ojos no ha llegado absolutamente ninguna solicitud de la liga venezolana ni de nadie para que le permite a Burgos accionar en ninguna de las ligas invernales. Si él dice que tiene permiso de la Liga Dominicana, está equivocado".
Pero Rafael Rodríguez, presidente de los Tigres de Aragua, presentó en su cuenta de Twitter (@OficialRRR) la carta que recibió de la Liga, con fecha del 18 de noviembre, firmada por el vicepresidente y administrador del organismo, el dominicano Marcos Rodríguez en la que éste decía no tener objeción con que Burgos juegue en Venezuela.
No obstante, vale preguntarse lo siguiente: ¿Si los equipos de las ligas caribeñas se quejan todo el tiempo de que las Grandes Ligas violan el acuerdo invernal, por qué lo violan ellas también?
La manera en que transcurrió todo en la Liga Dominicana es mucho más que extraña pues hay una clara discrepancia entre el presidente y lo que el vicepresidente hizo. Matos Berrido, sin embargo, le confirmó el lunes al periódico dominicano El Caribe que efectivamente Rodríguez había dado el permiso.
"A ese señor no lo queremos en la Liga Dominicana. Si los estatutos de la Confederación lo permiten, la Liga no tendría por qué objetarlo. Para la liga, él no existe como pelotero porque está suspendido aquí", agregó Matos.
Dejando de un lado el plano ético y moral de que un hombre con un historial nefasto como el de Burgos se le permita ir a reforzar a otra liga estando suspendido, ¿y dónde dejamos lo jurídico y el cumplimiento de las reglas?
Por: Dionisio Soldevila
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