El Hospital Militar Carlos Arvelo de Caracas guarda desde el domingo el verdadero alcance de la enfermedad del presidente venezolano, Hugo Chávez. Lo conocen los gobernadores chavistas, que ayer asistieron a una reunión con el vicepresidente, Nicolás Maduro, y el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, en la que fueron informados de la evolución del cáncer; lo sabe también el presidente de Bolivia, Evo Morales, que viajó a la capital para tratar de descifrar el secreto mejor guardado del Caribe.
Y lo intentan conocer los partidarios del presidente, que desde el lunes se congregaron cerca del centro de salud para celebrar su regreso.
Ayer se retiraron siguiendo órdenes de la alta jerarquía del Partido Socialista Unido de Venezuela, que pidió “respetar el entorno del presidente”. La vigilia se ha trasladado ahora a las plazas Bolívar de Venezuela.
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