Huracán Peña azota por los tiburones y suenan las iniciales JR, FB, JS, LM

Alejandro Peña

El día de hoy se ha convertido en una dura sopresa para muchos con lo que se desató con respecto a la franquicia Tiburones o Marineros del Atlántico.

Un tsunami arrasó por la zona gerencial en donde presidente y gerentes ahora son damnificados y sin refugio alguno, ya que con las nuevas designaciones es imposile que éstos encuentren lugar alguno donde refugiarse.

Las compañias telefónicas serán las mas beneficiadas con el paso de este ciclón, ya que son innumerables las llamadas realizadas por personas que creían estar en zona segura y los fuertes vientos han tocado tierra firme y los pusó al borde de un precipicio del cual no los salva ni checheré.

¿Que cual fué la depresión que causó este huracán? pues según suena el río, el accionista mayoritario se sintió desprotegido a pesar de haber invertido 12 millones de pesos para la comercialización, el cuerpo de prevención de catástrofe y tragedias no fue lo suficientemente compentente para convencer al inversionista de conformar un equipo seguro que garantizara la contratación de material físico y administrativo que prometiera resultados.

El inversionista mayoritario vió una debilidad tremenda en la administración, por lo que optó por realizar cambios a menos de seís días del inicio del evento, ya que hasta la fecha sólo se había asegurado a un solo jugador nativo, a éste porque se le saldo una deuda por manuntención que lo llevaría a justicia.

Un selección nacional que se cree pueda no estar en el equipo y la noticia de que un universitario experimentado en el baloncesto capitalino y santiaguero descartó jugar en Puerto Plata por ser contratado en el extranjero.

El punto principal es la aún no contratación de la pieza insignia del equipo, quien podría firmar contrato en Mexico, lo que sería un duro golpe para los seguidore del conjunto.

Se comenta en los predios del Fabio Rafael González que la causa principal de que este huracán haya impactado contra la gerencia fue el doble engaño que recibieron los jugadores y el mayor accionista, ya que la cabecilla pretendía pagar poco y cobrar mucho como intermediario de quien invierte y quienes brindan el espactáculo.

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